Mato Grosso do Sul
PANTANAL
El Pantanal, la mayor zona húmeda continua del mundo, fue noticia en el año 2020 por los grandes incendios forestales que lo impactaron gravemente. No es de extrañar: el Pantanal perdió casi un tercio de su superficie total a causa de los incendios. Sólo en el territorio del estado de Mato Grosso do Sul, 1,7 millones de hectáreas se convirtieron en cenizas. Según el Observatorio do Pantanal, unos 4.600 millones de animales se vieron afectados y al menos 10 millones murieron[1]. Ya se sabe que el fuego se originó en estancias ganaderas de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul y se extendió por todo el territorio[2].
Los incendios forestales en el Pantanal brasileño ya habían causado estragos en años anteriores a 2020, como recuerda la señora Leonida Aires, residente de la comunidad tradicional pantaneira Barra de São Lourenço y presidenta de la asociación de mujeres artesanas Renascer:
Notas
Ver: “Um ano após perder 26% do bioma, Pantanal corre o risco de ter incêndios piores neste inverno”, do G1. 10/07/2021
Ver en este dossier el artículo “Fogo no Pantanal: É a casa das comunidades tradicionais pantaneiras que queima “.
La comunidad tradicional pantaneira Barra de São Lourenço se encuentra en el municipio de Corumbá (estado de Mato Grosso do Sul). Está en una zona permanentemente inundada, cerca de la frontera internacional entre Brasil y Bolivia, justo debajo de la confluencia con el río Cuiabá, habitando una isla en la margen izquierda del río Paraguay. La comunidad tiene una superficie de 12.241 metros cuadrados y fue declarada de interés público por la Secretaría del Patrimonio de la Unión (SPU) mediante la Ordenanza nº 57 de abril de 2016. En la actualidad, Barra de São Lourenço está luchando para que su zona sea demarcada como Reserva de Desarrollo Sostenible (RDS).
La comunidad cuenta con 25 familias, pero este número, en décadas anteriores, era mucho mayor. Su modo de vida se basa en el manejo de la pesca, la colecta de cebos vivos, el cultivo de arroz autóctono, la extracción de algas acuáticas (Eicchornia crassipes, para hacer artesanías), frutas y otros bienes naturales, y la agricultura y ganadería a pequeña escala. Utilizan, manejan y conservan el territorio del Pantanal con conocimientos y prácticas para garantizar la abundancia para las generaciones futuras.
La región en la que se encuentra la comunidad es una de las zonas más conservadas del Pantanal, con muchas áreas protegidas como la Reserva Privada del Patrimonio Cultural (RPPN) y el Parque Nacional del Pantanal, que sufren los impactos del Alto Pantanal, como la deforestación, los pesticidas y el encenagamiento.
En la región de Amolar, como es conocida, y donde se encuentra la comunidad, los incendios fueron más intensos entre los meses de septiembre y octubre de 2020, afectando a las orillas del río Paraguay, a 223 km de la sede del municipio y a unas 8 horas en barco al norte de Corumbá. Los recuerdos de los días de fuego en la comunidad se mencionan en el relato de doña Leonida:
En años anteriores, el fuego se produjo en zonas cercanas a la comunidad, sin alcanzar el territorio directamente. A menudo, la gente de la comunidad colaboraba formando una brigada comunitaria y apagando los incendios de la zona, basándose en su conocimiento tradicional del territorio ancestral.
El fuego que azotó a la comunidad en 2020 y 2021 proviene de áreas cercanas, como el Parque Nacional del Pantanal y de haciendas de la región, identificadas por la Policía Federal en una investigación que está bajo secreto de sumario.
Además del fuego, llovieron cenizas en la comunidad
Con todos estos acontecimientos, no contaron con un evento más que quedó marcado en la comunidad: una lluvia de cenizas, desplazada por un fenómeno climático directamente a las comunidades. Fue el 13 de octubre de 2020, como cuenta doña Leonida:
Como podemos ver en este relato, la situación de esta y otras comunidades tradicionales pantaneiras es muy difícil. De 2020 a 2021, no hubo suficientes lluvias para llenar y “lavar” el Pantanal. En consecuencia, hay poca agua disponible en los ríos y arroyos, bahías y corixos (pequeños canales que conectan las aguas). Las aguas son bajas, algunas se están secando, y están lodosas, juntándose con las cenizas del incendio. Este escenario crea una situación frágil para el ecosistema y las personas que lo habitan, conviven en él y lo gestionan.
La comunidad de Barra de São Lourenço continúa enfrentando muchos desafíos, especialmente los relacionados con la calidad y la escasez del agua.
Por otro lado, la comunidad lleva a cabo varias acciones de esperanza y resistencia, como el desarrollo de un huerto comunitario, la recolección de frutas para la producción de plántulas y la búsqueda de la restauración ambiental y ecológica del territorio a través de la implementación de un vivero de plántulas nativas. En cuanto a la lucha contra los incendios forestales, la comunidad ha tratado de reforzar la brigada comunitaria, participando en cursos sobre el combate de los incendios y entablando un diálogo constante en la búsqueda de aliados y proyectos a desarrollar. Siempre con la expectativa de que los derechos colectivos como comunidad tradicional pantaneira sean reconocidos y aplicados en los rincones del Pantanal.
El Estado debe investigar y responsabilizar a los responsables por los crímenes ambientales que han causado daños irreparables en el Pantanal. La alternativa y la resolución de estos desafíos pasan por la propuesta de políticas públicas y el reconocimiento de que, frente a los devastadores incendios del agronegocio, es posible el manejo comunitario del fuego[3], utilizando el conocimiento tradicional.
Notas
Sobre el uso tradicional del fuego por parte de las comunidades, ver en este dossier el artículo “Saberes que vem de longe: usos tradicionais do fogo no Cerrado e na Amazônia”.
Cláudia Sala de Pinho es la coordinadora regional de la Red de Comunidades Tradicionales Pantaneiras y ex presidenta y consejera del Consejo Nacional de Pueblos y Comunidades Tradicionales – CNPCT.