Propósito: lo que nos impulsa

El fuego es un elemento de la naturaleza manejado con sabiduría y cuidado por los pueblos indígenas y quilombolas, comunidades tradicionales y campesinas de la Amazonia, el Cerrado y el Pantanal desde hace milenios. Los conocimientos desarrollados a lo largo de muchas generaciones, adaptados a diferentes ecosistemas y heredados por estos pueblos y comunidades han permitido la conservación y multiplicación de la biodiversidad y la gestión a largo plazo del paisaje agroforestal.

Con otras intenciones y a otras escalas, el agronegocio utiliza el fuego asociado directa o indirectamente a los procesos de deforestación y acaparamiento de tierras, buscando promover y consolidar la expansión de la frontera agrícola. Los incendios forestales provocados en el camino causan una devastación ambiental y, al mismo tiempo, constituyen un arma para amenazar y expulsar a los pueblos y comunidades de sus territorios de vida.

La Articulación AGRO é FOGO reúne a movimientos sociales, organizaciones y pastorales que actúan desde hace décadas en la defensa de la Amazonia, el Cerrado y el Pantanal y de sus pueblos y comunidades. Surgió como una articulación como reacción a los incendios forestales que han asolado Brasil en los dos últimos años. Desde el tristemente célebre Día del Fuego en 2019 hasta los incendios que devastaron el Pantanal en 2020, asistimos atónitos a cómo el gobierno mintió sobre las causas y su propia responsabilidad en lo ocurrido. Nos mueve no sólo la necesidad de cualificar el debate público. Sino, sobre todo, ir más allá de las imágenes de satélite y de las cifras de deforestación, aportando la dimensión de lo que se vive sobre el terreno del bosque y del campo.

En este sentido, recordamos que cuando nos indignamos y lamentamos la devastación, necesitamos recordar e inspirarnos en el espíritu de las luchas de los caucheros con Chico Mendes, que llevó a cabo las corrientes amazónicas; en la lucha de quebradoras de coco de babasú con Doña Raimunda, Doña Dijé y aún hoy en todo el Cerrado en defensa de los bosques de babasú; de los muchos héroes y heroínas de los pueblos indígenas, de las comunidades quilombolas, de los asentados de la reforma agraria que, a lo largo del tiempo, han defendido las selvas y los bosques nativos con sus propios cuerpos.

Es en honor a ellos, a la “historia que la historia no cuenta”, que los grupos que conforman esta articulación afirman su compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. No nos callamos ante las viejas estratagemas autoritarias reeditadas, que incitan al odio y al racismo y sostienen farsas y crímenes contra los derechos de los pueblos.

¡ Si el Pantanal, el Cerrado y la Amazonia siguen en pie, es porque estos pueblos tienen los pies en su tierra, defendiendo los bosques, las aguas, los animales y la biodiversidad!

A ellos, nuestra gratitud.

Con ellos, caminamos en defensa de sus derechos territoriales, ¡que es también la defensa de nuestros bienes comunes!