Bahía

CERRADO-CAATINGA

Las comunidades de Gerais y Ressaca, situadas en el municipio de Piatã, en la región de la Chapada Diamantina, Bahía, vienen atravesando un intenso proceso de conflicto con la empresa Hayashi Batatas, representante del sector de los agronegocios en la región. Gerais es una pequeña región de Piatã que también da nombre a la comunidad tradicional de “fundo de fecho de pasto”[1], no reconocida por el Estado, que vive allí; Ressaca es una comunidad de agricultores familiares.

Piatã se localiza en un territorio de encuentro entre el Cerrado, la Caatinga, los Campos Rupestres y los enclaves de la Mata Atlántica, albergando especies raras y endémicas de fauna y flora típicas de la Chapada Diamantina. Además, las comunidades de esta localidad producen cafés premiados, reconocidos nacional e internacionalmente, y una gran diversidad de otros cultivos agrícolas. La producción y el modo de vida de estas comunidades garantizaron su soberanía alimentaria e hídrica durante décadas en el territorio.

La región alberga la cabecera de la cuenca del río Contas, protegida en parte por el Área de Interés Ecológico Relevante Nascentes do Rio de Contas, una unidad de conservación que abarca 4.771 hectáreas. La región también es el origen de otras dos importantes cuencas hidrográficas de Bahía: el Paraguaçu y el Paramirim, una subcuenca del río São Francisco. Estos ríos, sin excepción, atraviesan las regiones más áridas del estado y cumplen la importante función social de abastecimiento de agua y uso productivo.

En contraste con toda su importancia ambiental y social, esta misma región ha sido el objetivo del agronegocio para la expansión de la frontera agrícola en modelos convencionales de producción con alta demanda hídrica. El motivo del conflicto en las comunidades de Gerais y Ressaca es el resultado de este avance para la instalación de un gran emprendimiento, centrado en el monocultivo de papas, un cultivo intensivo en el uso de agua y pesticidas. La empresa pretende instalarse en el territorio de la comunidad de Gerais. Ressaca, justo aguas abajo, es la primera comunidad directamente afectada.

El conflicto y la amenaza a los recursos hídricos

El conflicto se remonta a la década de 1980, cuando la empresa Hayashi inició un proceso de compra y adquisición de tierras en la comunidad de Gerais, donde los habitantes denuncian acaparamiento de tierras, muerte de animales -que se criaban sueltos-, aparición de vallas, amenazas y cambios forzados en su modo de vida tradicional, que tenía el uso común de zonas conocidas como “geraizeiras” -de ahí el nombre de Gerais-. Actualmente se estima que Hayashi, junto con otras dos empresas del agronegocio (Progresso y Trebesque), concentran casi el 75% de la tierra cultivable de Gerais, unas 7.000 hectáreas de tierra.

En 2013, este conflicto se agudizó cuando Hayashi, junto con Bagisa (empresa del agronegocio que luego vendería sus tierras a otra empresa, Trebesque), comenzó a deforestar el lecho del arroyo Gritador, en la comunidad de Gerais, para construir una represa para el riego de los cultivos de papa[2]. La empresa utilizó como prerrogativa el Decreto nº 14.389 de 2013, que en su momento eximió de licencia ambiental a los proyectos de combate de la sequedad, para uso humano, debido al grave periodo de sequía que el estado afrontaba en ese momento.

A lo largo de 25 días se realizaron las obras y en seis comunidades -Baixo Fundo, Vieira, Falhado, Tijuco, Capão da Ponte y parte de Ressaca- unas 30 familias empezaron a recibir agua turbia en sus canillas. Ante esta situación, se presentó una denuncia ante el Instituto de Medio Ambiente y Recursos Hídricos (Inema), el organismo medioambiental de Bahía, que, tras una inspección en el lugar, embargó la obra por falta de autorización para la supresión de la vegetación, no permitida por el decreto. La zona deforestada nunca volvió a su estado inicial, al igual que el caudal del río en ese lugar[3].

En 2020, una vez más el conflicto afloró, cuando el 19 de octubre, el Inema emitió dos ordenanzas (Nº 21.671 y 21.672), autorizando a Hayashi a suprimir la vegetación de 958,33 hectáreas de bosque nativo en la Finca Piabas, ubicada en el territorio de la comunidad de Gerais.

Tres días antes de la publicación de estas ordenanzas, el 16 de octubre, se produjo un gran incendio, que se inició en una propiedad vecina a la Hacienda Piabas, perteneciente a Trebesque. Esta empresa había alojado en su propiedad los tractores y camiones que fueron utilizados por Hayashi para la deforestación después de que Inema autorizara la supresión del bosque nativo en la hacienda Piabas.

El incendio comenzó aproximadamente a las 11 de la mañana y rápidamente adquirió grandes proporciones. La brigada local Altitud Ambiental, formada por vecinos de Piatã y que actúa de forma voluntaria y autónoma en el municipio, estuvo casi 18 horas seguidas luchando contra el fuego, evitando que adquiriera mayores proporciones. De lo contrario, una gran área de la comunidad y la región de Gerais habría sido quemada, incluyendo la Finca Piabas de Hayashi.

En la ordenanza concedida a Hayashi, una de las condiciones establecía que la supresión de la vegetación no podía hacerse mediante “correntão” (una gran cadena unida a dos tractores para la supresión de la vegetación) o fuego. Los habitantes de las comunidades tienen grandes sospechas de que la empresa Hayashi inició este incendio criminal para acelerar el proceso de deforestación, contando con que el fuego se extendería por todo el territorio de la comunidad de Gerais. Como se inició en la propiedad vecina, Hayashi no perdería las licencias necesarias por no cumplir las condiciones.

A pesar de las denuncias presentadas, no se abrió ninguna investigación sobre el caso. No fue posible reunir pruebas para demostrar la conexión efectiva del incendio con Hayashi.

Notas
Hay muchas comunidades de “fundo de fecho de pasto” en Bahía. Son comunidades campesinas que utilizan los comunes del Cerrado para criar ganado y animales pequeños, así como para cazar y recolectar frutas y plantas.

Sobre el conflicto de 2013, véase “Agronegócio ameaça nascentes do Rio das Contas”. Para ver la solicitud organizada por la comunidad de Piatã.

Para ver el acta de la reunión del Comité de Cuenca Hidrográfica del Río Contas, con el número de procesos relativos a las concesiones y presas, así como una citación sobre el embargo por parte del INEMA.

Las comunidades siguen en riesgo

En este momento, las ordenanzas están temporalmente suspendidas, como resultado de una medida cautelar concedida en el Tribunal del Estado por el Tribunal Único de Piatã, como resultado de una acción civil pública presentada por el Ministerio Público del Estado (MPE). Esta decisión fue reafirmada en segunda instancia por el juez Maurício Kertzman Sporer, de la 2ª Sala Civil del Tribunal de Justicia de Bahía[4], después de que la empresa apelara. Pero, por alguna razón oculta, el juez de segunda instancia pidió abandonar el caso, alegando que era sospechoso para juzgarlo. Existe la expectativa de que el próximo que asuma el cargo pueda tener un entendimiento que beneficie al agronegocio y, por lo tanto, vuelva a dar validez a las ordenanzas que autorizan la supresión de la vegetación en Gerais de Piatã.

A pesar de las observaciones del Ministerio Público, el Inema ha actuado a favor de la empresa durante el litigio, haciendo caso omiso de su función, que debe guiarse por el principio de precaución y por el cumplimiento de la legislación medioambiental.

El proyecto propuesto por la agroindustria para la región de Gerais pone en peligro los medios de vida de estas comunidades, así como de todas las que se encuentran aguas abajo del río Contas. También están amenazados sus frágiles ecosistemas. La disponibilidad de agua, tanto en cantidad como en calidad, se verá seriamente comprometida, ya sea por la intensa explotación de los cursos de agua o por el uso de pesticidas. Este mismo modelo de agricultura y “desarrollo” ha llevado, en los municipios de Mucugê e Ibicoara, también en Bahía, a una drástica reducción de la agricultura familiar, a una alta concentración de la renta y de la tierra, así como a una importante reducción de la disponibilidad de agua en estas localidades. Las comunidades de Gerais y Ressaca temen que ocurra lo mismo.

Por otro lado, el municipio de Piatã cuenta con una gran agrosociobiodiversidad que, si se preserva, puede apuntar a otra forma de vivir y relacionarse en los territorios. Hogar de los manantiales de tres cuencas fluviales, con sus sierras y montañas y un paisaje de rara belleza, el municipio más alto de Bahía alberga decenas de comunidades tradicionales -quilombolas (comunidades de campesinos, descendientes de personas negras esclavizadas), campesinos, indígenas y geraizeiras (comunidades campesinas que tienen una fuerte relación con los comunes del Cerrado)- que hacen de la agricultura familiar su principal fuente de trabajo, ingresos y soberanía, cuyas tradiciones del campo, transmitidas de generación en generación, han permitido su existencia durante siglos. Sin embargo, la actual política de desarrollo del estado de Bahía, que apoya el avance de la energía eólica, la minería y el agronegocio en Piatã, ha puesto en grave riesgo a todas estas comunidades, sus conocimientos y sus territorios. El fuego es siempre sólo el principio de una atemorizante historia.

Notas

Processo: AGRAVO DE INSTRUMENTO n. 8001514-02.2021.8.05.0000.

Frente Socioambiental de Piatã